Los manuales de protocolo recomiendan no hablar ni de religión ni de
política frente a los invitados, para evitar conflictos innecesarios.
Una nueva polémica desatada recientemente demuestra que tampoco es
pertinente hacer un juego de video que trate sobre creencias
religiosas, menos si las máximas figuras religiosas se pelean entre sí.

Es lo que ocurre con el juego Faith Fighter (Combatiente de la Fe),
disponible en la red desde hace un año, y que presenta caricaturas de
Jesús, Mahoma, Buda, Ganesha (deidad hindú) y Dios agrediéndose
mutuamente. Como era de esperarse, las voces en contra no tardaron en
hacerse escuchar y La Organización de la Conferencia Islámica, con sede
en Arabia Saudí, exigió, con éxito,  que éste fuese retirado de la red,
por ser “ofensivo para musulmanes y cristianos”, publicó el diario
británico The Times.

La empresa responsable de Faith Fighter, la italiana Molleindustria, se
defendió argumentando que el propósito era justamente plantearse como
un juego contra la intolerancia. Sin embargo, consideran que “si una
organización respetable no comprendió la ironía, quiere decir que falló
el objetivo”. Por lo mismo, optaron por retirarlo de la web, pese a que
ha sido jugado millones de veces.

No es la primera vez que Molleindustria desata la ira de diversos
sectores. Sus juegos: Pedopriest (sacerdote pederasta), Queer Power
(Poder “marica”) y Oligarchy satirizaban a la Iglesia Católica, a las
minorías sexuales y a la industria petrolera, respectivamente.